Tercer año, segundo intento más o menos serio. Ahora sólo toca esperar. Por mi parte, creo que ha estado bastante bien, algíºn pequeño fallo pero nada demasiado escandaloso que me haga perder toda oportunidad (o eso espero). La suerte está echada, ya se sabe: si estoy en un tribunal bueno, aíºn habiéndolo hecho peor que otros, puedo estar entre los elegidos (se nota que el año pasado estaba en el tribunal equivocado, ¿no?). Si hay algíºn tribunal muy generoso entre el resto, adiós posibilidades. Pero bueno, ya me lo avisaron: una oposición es una carrera de fondo. Y, de momento, aguanto el ritmo…
Trayecto Tí¼rku – Stockholm, agosto 2005