La aventura de preparar nuestro viaje a Japón (IV)

Nos quedan 45 dí­as escasos para embarcar. ¿Qué son 45 dí­as en una vida? Nada y todo. Como rezaba un mail de esos en cadena que recibí­ hace tiempo: si quieres conocer el valor de un mes, pregíºntale a una madre cuyo niño nace prematuro. Si quieres conocer el valor de un segundo, pregíºntale a un atleta…y si quieres conocer el valor de 45 dí­as, pregíºntale a un viajero que esté preparando su próxima aventura.

45 dí­as eternos para vivir 22 dí­as intensos, que, seguro, dará igual lo que suceda. Ya sean fascinantes, sorprendentes, incluso inolvidables; o  ya sean deprimentes u hasta aburridos…Sean lo que sean, dejarán una marca para el resto de nuestra vida a partir de ese momento.

Viajar es una de las mejores medicinas para la mente que existen. En Kyoto existe un templo en mitad de un parque hecho practicamente en su totalidad de oro, y catalogado como una de las más bellas vistas que se pueden contemplar en todo Japón. El hecho es que suele decepcionar a la gente, ya que El Pabellón Dorado es bastante pequeño. Los japoneses suelen reí­rse de la estrechez de mira de los turistas, ya que no hay nada más bello que pararse a contemplar el reflejo de El Pabellón Dorado en el agua en un dí­a soleado o bajo la luz de la luna redonda…

Y mientras nuestros dí­as pasan, entre oposiciones uno, y preparación logí­stica la otra. Estoy buscando información sobre el Japan Rail Pass, una especie de billete tipo interrail europeo, que por poco dinero te permite viajar en tren por todo Japón. El caso es que debe comprarse desde España, y canjearlo al llegar allí­. He mandado mails a varias agencias de Madrid y Barcelona que lo tienen, a ver quien nos da mejor precio.

Foto sacada de Kirainet.com, donde además habla de un evocador relato, el cual ensalza la belleza de los reflejos, frente a la realidad que nos rodea.