Japón y “Such great heights”

Hace unos meses, raíºl mostraba un “vs” entre la versión original de “Such Great Heights” de The Postal Service y la versión de Ben Folds. Aunque hay varias adaptaciones más, la íºltima que he encontrado, hace unos dí­as, me ha venido estupendamente para acompañar un ví­deo con algunas imágenes de Tokyo (y alguna de Kyoto creo que también se ha colado…).

Tokyo no es una ciudad con grandes alturas, al contrario de lo que muchas veces pensamos. Sólo alguna zona tiene rascacielos (entendiendo que “zona” en Tokyo no es como un barrio de Alicante, sino más bien como Alicante entero). El resto, la mayorí­a, son casas-edificios bajitos, de 2-3 plantas.

A ver qué os parece esta versión, especialmente para estas imágenes. Ah, y aunque lo parezca, el grupo no es japo ;)

Firebrand Boy – “Such Great Heights” (ví­deo casero japonés de nuestro viaje)

Álbum de fotos de Japón

Acompañando al diario de viaje de Nereida, he subido a Picasa algunas de las fotos que hicimos por Japón (¡con mi nueva cámara, sí­!). Podéis ver el álbum en modo de galerí­a o en modo presentación.

Ahora me falta practicar un poco más con la cámara para mejorar la calidad, después de bajarme el manual en castellano o en inglés, porque con el japonés con el que vení­a no me he aclarado mucho :D

Japón. La llegada. 6 de Agosto de 2008.

Lunes, 4 agosto 2008. 10,15 a.m.

Estoy sola en un bar del aeropuerto (Ram ha ido a por unas revistas para el vuelo). Esperando el embarque, que por el momento no parece sufrir retrasos.

Sola, acabo de tomar conciencia de que en poco tiempo estaré pisando suelo japonés. Hasta la fecha, tanto preparativo, nervios, compras, bíºsquedas por internet… no me habí­an dejado pararme y ver la realidad: ¡Nos vamos al Paí­s del Sol Naciente! La que, sin duda, ocurra lo que ocurra, será una gran aventura.

¡Uff! Mariposas en el estómago….¡Allá vamos!

Miércoles, 6 de agosto. 9,30 a.m.

Una larga escala en Milano, 11 horas de vuelo en total, pero ya estamos aquí­. El vuelo con Alitalia ha sido muy bueno. No tenemos imágenes porque justo al de delante nuestra le reprendieron por sacar su cámara (¡¿?!). Hemos viajado en un Boeing 737 (creo) con asientos amplios, almohadas, mantas, comida a lo largo del vuelo, y bebida cada vez que querí­as. Cada butaca contaba con una consola (antigua, pero serví­a para entretener), con videojuegos clásicos, pelí­culas en varios idiomas, míºsica…

Recogemos nuestra maleta, y emprendemos en el “Limousine Bus” (servicio express de autobuses Narita Airport – Tokyo, unos 55 minutos hasta Tokyo Station) el camino a la gran metrópoli. Con un sueño horrible, nuestros ojos son incapaces de cerrarse. Grandioso, futurista, colosal, Blade Ranner, pequeños, que pequeños somos…nuestras primeras impresiones…

Dejamos maletas en el Hotel Kitcho (en el tranquilo barrio de Nihonbasi), y directos a Akihabara (el barrio de la electrónica). Nuestra segunda impresión: ¡Tokyo está loco!

[youtube W2zUMbDJTgI]

Chicas vestidas de muñecas mangas, 100 anuncios publicitarios en menos de 2 metros cuadrados, hombres anuncio al lado con megáfonos chillando, máquinas UFO con cómida y helados Hagen Daz (las de pinzas, que por 200 yenes puedes “atrapar” un premio), 1000 luminosos que hacen que te olvides en qué porción del dí­a estas, si de noche, de dí­a…

Iniciamos nuestra bíºsqueda de una ganga fotográfica, pero regresamos sin éxito, en parte creo debido al flipe que llevamos y a que la tienda que Ram tení­a controlada por internet no tení­a existencias de la cámara que querí­a.

[youtube vqdSUSCD7kM]

Y…¡Oh! Primera sorpresa: aquí­ casi nadie habla inglés. Así­ que nos disponemos con buen humor a hacer uso de nuestros brazos y manos, y esgrimir nuestras mejores artes gesticulatorias durante los próximos 16 dí­as.

20,30 p.m. Estamos agotados…En 20 horas hemos dormido un total de 60 minutos. Regresamos al hotel.

Japón. Regreso del país del Sol Naciente

Ya hemos regresado de nuestra épica epopeya, en la que hemos andado 16 dí­as con los ojos como platos, y la boca abierta en un permanente “¡Ooh…!”. Japón sorprende a cada paso que das, te hipnotiza y te envuelve, tanto en el caos de Tokyo como en la relajación de las colinas de Nara…

Primero, pedir disculpas por un par de motivos principales:

1º. Por no haber escrito nada durante el viaje. Las conexiones al final han estado más difí­ciles de lo que esta neófita en la red creí­a. Además, el iphone será maravilloso, el mejor invento del mundo, y todo lo que vosotros queráis, pero a la hora de escribir, o tienes el lapicito ese, o tus dedazos frustrantemente acaban siempre marcando la letra que no es…

2º. Por no haber escrito nada durante el viaje. Porque cuando pillábamos un mí­nimo de conexión, ¿a qué no adivinais quién no la soltaba ni aíºn prometiéndole la luna…? ;) Y en los ryokanes con acceso libre casi siempre estaba pillado.

Pero no importa, he tomado notas de todo a la antigua usanza: en mi cuaderno de viaje. Os iré dejando fotos, anécdotas, sensaciones, ví­deos…a modo de diario con retardo. Y por ir con retraso precisamente, empezaré por el final de mi diario:

“Me llevo muchas imágenes impresas en la memoria, y muchas sensaciones en la piel y en el gusto.

Hemos visto mil templos, subido montañas, montado en bicicleta, en barco, en tren y hasta en funicular. He bañado mis pies en el Pací­fico, nos hemos emocionado en el Teatro de Kabuki-za, aíºn sin entender una palabra. Hemos llorado de profunda tristeza en Hiroshima y de alegrí­a en Hakone.

Hemos saboreado mil platos, muchos de ellos aíºn sin identificar. Hemos comprado cientos de cosas, y hemos perdido otras para de golpe ganar una experiencia increí­ble (la cual ya relataré en su momento).

Nos hemos encontrado con el bullicio de Tokio, que llega a agobiarte, a hacer que te sientas solo y libre al mismo tiempo; y nos hemos topado con la paz de las calles de una nocturna Miyajima.

De los japoneses me quedo con la amabilidad de sus mayores, y con la sensación de libertad de sus jóvenes.

Me sorprende cómo duermen en cualquier parte, y me pregunto si su nivel de vida estresante no estará relacionado, ya que en otras ciudades “más tranquilas” no hemos visto este fenómeno tanto.

Me quedo también con la imagen de ancianos leyendo manga en el metro. Con la de las “lolitas” enseñando su piernas, pero nunca su escote. Me quedo con los íºltimos dí­as en Nara y Tokio, donde pudimos saborear despacio su mundo.

Descarto los vicios y errores de esta cultura, porque, como todas, es imperfecta, y no hemos venido a eso.

Nos llevamos la mente y el corazón un poquito más abiertos. Y dejamos el alma pendiente deseando volver.”

Tokyo desde el piso 52 de el Edificio Sumitomo

En Kyoto

Ya dejamos Tokyo. Hemos pasado por Miyajima (preciosa) e Hiroshima (impactante). El wordpress del iphone no tira bien y no he podido actualizar antes. Hoy estamos en Kyoto: muuucho templo, mucha pateada y muy poco tiempo, asi que aqui os dejo ; Ya os contare mejor mas adelante. A seguir disfrutando ;

Lost in translation, totalmente

Ya estamos en Tokyo!!! 

10 horas de avion. 1.15h de autobus. Llegada a estacion y calles sin nombre, solo kanjis y numeros. Mi sobrina, que entra este anyo en ESO, habla mas ingles que los japoneses (y ya sabeis como esta el nivel en espanya…).

Jet Lag. Muuuucho Jet Lag. Metro perfecto, maravilloso, lo mejor del mundo!! (en ingles). Templos, tiendas, tiendas, cruces, coches, plantas, tiendas, plantas, tiendas, pantallas gigantes, frikis por todos lados, kimonos, mas frikis, mucho vicio y mucho vicioso (vicio ya sabeis de cual… anime, geek, etc… que nereida me ha mirado mal al escribirlo).

Mas Jet Lag. Muuuucho Jet Lag. Colegialas (identicas a los dibujos de Oliver y Benji). Templos. Jardines. Rascacielos…

Lost in Translation de verdad. Pero feliz :D Una PASADA!!!!

Sayonara

Mi íºltimo post antes de salir de viaje hacia Japón. Ha tardado en llegar, sobre todo por culpa de la oposición, pero al final está aquí­. A partir de mañana, a descubrir un nuevo mundo, una nueva cultura, nuevas vidas…

Intentaré ir contando desde allí­ nuestras experiencias (no creo que tengamos tantas facilidades para hacerlo en ningíºn sitio del mundo como desde allí­…), aunque también me apetece desconectar un poco, así­ que si no escribo durante unos cuantos dí­as, no os preocupéis, seguro que estoy bien :P

Llevamos un par de dí­as preparándolo todo, cargando el iPhone de traductores xD y guardando información sobre los sitios que vamos a visitar. De paso, he preparado (actualizado) mi álbum en Picasa, donde iré mandando alguna que otra foto desde allí­ (si es que consigo comprarme la cámara y hacerla funcionar)

Sayonara, gente. Buen verano ;)

La aventura de preparar nuestro viaje a Japón (V)

Tras un pequeño malentendido con un mensajero con cerebro de boniato…¡Ya tenemos nuestros Japan Rail Pass! ¿Qué que es eso? Pues si vas a viajar al paí­s Nipón un pequeño tesoro.

Se trata de un billete de tren que por “poco dinero” te permite viajar por todo Japón. Únicamente se puede comprar desde el extranjero, ya que sólo es para turistas y para japoneses que vivan en otro paí­s.

Puedes elegirlo de 7, 14 o 21 dí­as. Nosotros hemos cogido el de 14 dí­as, a un precio de 275 €. Por ese dinero, durante dos semanas viajaremos en tren por todo Japón, además incluye algunos autobuses y el ferry que te lleva hasta la isla de Miyajima. ¡¡La ruta que hacemos nosotros, sacando la cuenta por separado sale por más del doble!! Para calcularlo y organizar la ruta, hemos utilizado una herramienta estupenda: hyperdia.

Para conseguirlo hay unas cuantas agencias en España que lo venden en Madrid y Barcelona. Tienes Viajes HIS, Kintetsu, y Jaltour. Nosotros hemos elegido la primera, que nos daba mejor precio, pero varí­a segíºn en ese momento esté el yen y cuando lo revisaron ellos, así­ que conviene comparar. Nos los han enviado por mensajero, y a los tres dí­as los tení­amos en casa (al dí­a siguiente si os toca un mensajero normal).

Los tickets que aquí­ compras no son los billetes reales, cuando llegas a Japón debes canjearlos en una de sus oficinas, que estan por todo el paí­s, y te entregan los billetes reales con los que circular. Si te lo montas bien, no necesitas ni coger metro en Tokyo: hay trenes japan rail que cruzan la ciudad. Desde que lo compras, tienes tres meses para activarlo, y comienza a contar desde el dí­a que lo canjeas en sus oficinas.

La aventura de preparar nuestro viaje a Japón (IV)

Nos quedan 45 dí­as escasos para embarcar. ¿Qué son 45 dí­as en una vida? Nada y todo. Como rezaba un mail de esos en cadena que recibí­ hace tiempo: si quieres conocer el valor de un mes, pregíºntale a una madre cuyo niño nace prematuro. Si quieres conocer el valor de un segundo, pregíºntale a un atleta…y si quieres conocer el valor de 45 dí­as, pregíºntale a un viajero que esté preparando su próxima aventura.

45 dí­as eternos para vivir 22 dí­as intensos, que, seguro, dará igual lo que suceda. Ya sean fascinantes, sorprendentes, incluso inolvidables; o  ya sean deprimentes u hasta aburridos…Sean lo que sean, dejarán una marca para el resto de nuestra vida a partir de ese momento.

Viajar es una de las mejores medicinas para la mente que existen. En Kyoto existe un templo en mitad de un parque hecho practicamente en su totalidad de oro, y catalogado como una de las más bellas vistas que se pueden contemplar en todo Japón. El hecho es que suele decepcionar a la gente, ya que El Pabellón Dorado es bastante pequeño. Los japoneses suelen reí­rse de la estrechez de mira de los turistas, ya que no hay nada más bello que pararse a contemplar el reflejo de El Pabellón Dorado en el agua en un dí­a soleado o bajo la luz de la luna redonda…

Y mientras nuestros dí­as pasan, entre oposiciones uno, y preparación logí­stica la otra. Estoy buscando información sobre el Japan Rail Pass, una especie de billete tipo interrail europeo, que por poco dinero te permite viajar en tren por todo Japón. El caso es que debe comprarse desde España, y canjearlo al llegar allí­. He mandado mails a varias agencias de Madrid y Barcelona que lo tienen, a ver quien nos da mejor precio.

Foto sacada de Kirainet.com, donde además habla de un evocador relato, el cual ensalza la belleza de los reflejos, frente a la realidad que nos rodea.